jueves, 14 de agosto de 2014

La psicología moderna y cultura actual en siglo 21

En un sentido importante, las cuestiones acerca de los orígenes sociales de la psicología moderna resultan fundamentales para cualquier consideración del contexto social de ideas psicológicas específicas durante el siglo presente. En efecto, es un periodo durante el cual la creación y diseminación de ideas psicológicas se ve decididamente influenciada por la existencia de un grupo profesional-académico de "psicólogos", crecientemente poderoso, que reclama el monopolio de la producción y reproducción del conocimiento psicológico validado.

la psicologia moderna en la actualidad
Las ideas psicológicas, por supuesto, habían tenido existencia mucho antes del siglo presente; lo que ha cambiado es el contexto social inmediato en el cual las mismas son desarrolladas e intercambiadas. La existencia del nuevo grupo profesional, crecientemente bien organizado, proporciona el fondo sobre el cual las ideas particulares, los métodos y los sistemas son proyectados como figuras, cuya inequívoca apariencia depende de la relación figura-fondo.


Antes del siglo actual las ideas psicológicas fueron producidas e intercambiadas ampliamente entre filósofos, hombres de la medicina, economistas políticos, historiadores, artistas y otros. Lo que en la historia más reciente resulta absolutamente novedoso es la aparición de grupos de especialistas que realizan demandas, crecientemente exitosas, de monopolio de la verdad en la moderna psicología. Los miembros de estos grupos se han instituido ellos mismo, y son gradualmente aceptados, como árbitros de lo que constituye o no constituye un conocimiento psicológico validado. Ahora, para ser tomadas seriamente, las ideas psicológicas deben atravesar el prisma formado por el marco normativo e institucional de la comunidad de especialistas reconocidos.


La naturaleza de la psicología moderna

Es este desarrollo, más que el uso de una nueva metodología, lo que define la naturaleza de la famosa transición desde el largo pasado de la psicología a su corta historia. Las técnicas de experimentación y cuantificación son herramientas potenciales, exentas en si mismas de mayor significación histórica; su real significación deriva de la manera en que son usadas, por quien y para qué propósito. Ciertas técnicas empíricas fueron aplicadas muy extensamente a problemas psicológicos en el siglo XIX por filósofos profesionales, naturalistas, médicos y aficionados. Pero los cambios cruciales no se dieron hasta que la aplicación de estas técnicas fueron usadas para legitimar la demanda del monopolio del conocimiento psicológico válido, por parte de una comunidad de especialistas autoconsciente y organizada.


Desde este punto de vista, la relación entre el conocimiento psicológico y su contexto social se complica debido a la aparición de un nuevo nivel, constituido por el grupo de profesionales, sus intereses, sus instituciones y su cultura. La influencia recíproca entre el conocimiento psicológico y los intereses y estructuras cognitivas en la sociedad más amplia se vuelve mediatizada por la comunidad de especialistas. Se hace necesario, ahora, tomar en consideración el rol jugado por los miembros de esta comunidad en la sociedad más amplia y los efectos que produce en la vida interna de la comunidad.
Entonces ¿cómo llegó a constituirse esta nueva comunidad?. Esta es la cuestión que requiere una respuesta, si hemos de evitar tomar las normas contemporáneas del grupo como dadas, en lugar de reconocerlas como el problema a ser explicado.


Psicología contemporánea y sus razones


Pero existe otra razón para examinar los orígenes de la psicología moderna en el contexto de la sociología del conocimiento psicológico. Y es que este problema es uno de los muy poco, en toda la historia de la psicología, que en los hechos, ha sido analizado desde un punto de vista sociológico (Ben-David y Collins, 1966). Aquel análisis y la controversia que lo continuó ilustra muchas de las dificultades que puede encontrar una aproximación sociológica a la historia de la ciencia. Enfoques sociológicos alternativos pueden ser aplicados a la cuestión de los orígenes de la psicología moderna; el problema es hallar la perspectiva que resulte adecuada al problema.


Una aproximación, muy representativa en la literatura de la sociología de la ciencia, es la denominada, propiamente, aproximación positivista. Presenta muchas características que merecen ser examinadas. En primer lugar, su concepción de una disciplina científica está basada en la noción de progreso acumulativo. Este progreso distingue la ciencia de la pre-ciencia, y puede ser "medido" por el número de publicaciones de investigación. Ninguna consideración es otorgada a las llamadas "revoluciones científicas" de Khun, o a la significación de escuelas de pensamiento rivales.

Aplicada a la historia de la psicología actual esta manera de pensar lleva a la conclusión tradicional de que la psicología moderna comenzó en Alemania y posteriormente trasladó su centro a los Estados Unidos. Las cifras acerca de los números relativos de publicaciones parecen mostrar esto con suficiente claridad. Lo que aquí debería ser notado es la suposición tácita de que la psicología que llegó a florecer en los Estados Unidos alrededor de 1915 era, en esencia, la misma que apareció en Alemania en los años 1880. La posibilidad de una discontinuidad cualitativa fundamental ni siquiera es considerada en este enfoque, ya que, si la psicología es una ciencia, su desarrollo es, por definición, lineal, acumulativo y continuo.


Una característica importante de la sociología de la ciencia positivista es la naturaleza profundamente ahistórica de sus categorías explicativas. Las normas que rigen la actividad científica han sido siempre las mismas, y siempre han existido como ideas. Lo que cambia son los roles sociales de los soportes de esas ideas. Cuando las ideas científicas son tomadas por individuos que ocupan el rol social de científico profesional conducen a una tradición en investigación continua y acumulativa (Ben-David, 1971). Por lo tanto, el nacimiento de disciplinas nuevas, como la psicología, depende de la invención de un nuevo rol, el de practicante profesional de la nueva ciencia. Tales roles nuevos, son inventados frecuentemente por individuos, como un medio de mejorar las oportunidades de su carrera. Supóngase que una carrera individual es bloqueada en una disciplina establecida; ese individuo todavía puede ganar reconocimiento, transfiriendo algunos elementos de aquel rol profesional a un contexto disciplinar diferente y con un rol establecido diferente. Esto es llamado "hibridización del rol". En psicología, se dice que Wundt es el principal ejemplo de este proceso, y que usó su antecedentes en fisiología para llevar a cabo una carrera como filósofo; pero un nuevo tipo de filósofo, que realizaba experimentos de laboratorio sobre los problemas en psicología. Así nació un nuevo rol –el de psicólogo experimental- a partir de la "hibridización" de los roles de fisiólogo y filósofo, previamente establecidos. Para que la psicología llegara a ser establecida como una nueva disciplina científica, simplemente perduró para los demás, que llegaron a ser socializados dentro de este rol personalmente por Wundt o modelados por su ejemplo.


En este punto, dos rasgos de esta consideración son dignos de ser resaltados. En primer lugar, el motor del cambio histórico es buscado en el nivel de la motivación individual. Un nuevo rol es inventado y emulado, en el transcurso de un intento personal en promover una carrera personal. Segundo, los motivos individuales que juegan un rol tan importante no son establecidos por medio de una investigación biográfica concreta, sino que son imputados en términos de un modelo abstracto implícito de decisión racional y un cálculo de las oportunidades en la carrera. Por ejemplo, Ben-David y Collins, cuya consideración de los orígenes sociales de la psicología moderna está en discusión aquí, sugieren que en la época en que Wundt estaba buscando un profesorado de tiempo completo, el programa en fisiología era particularmente difícil y que la mayoría de las cátedras existentes estaban a cargo de aquellos que las sostuvieron por décadas. Se da por supuesto que Wundt tomó la decisión de pasar a la filosofía, donde el progreso era relativamente más fácil, y de haber usado sus técnicas en fisiología experimental como una fuente de status especial en el área de su segunda elección. En esta consideración, el rol del psicólogo moderno es, en esencia, la invención de un individuo singular, Wilhelm Wundt, respecto de quién, la mayor parte de la generación siguiente de psicólogos está relacionada por medio de un complejo árbol "genealógico" basado en el "discipulado".


En este punto llegamos a advertir una dificultad fundamental, que proviene del intento de combinar el enfoque positivista de la "evidencia" con una teoría individualista del cambio histórico. Esta ultima, atribuye una importancia primordial a las intenciones individuales, mientras que el primero devalúa los informes "subjetivos" directos de dichas intenciones, las cuales, por eso mismo, deben ser inferidas de datos "objetivos". ¿Sobre qué criterio de relevancia son seleccionados dichos datos, entre la riqueza potencialmente ilimitada de la información histórica? Claramente, el criterio de relevancia es provisto por la necesidad de reconstruir la situación elegida, confrontada al individuo histórico. En este punto la objetividad supuesta del procedimiento deviene aparente: la perspectiva del sociólogo es meramente sustituida por aquella de la figura histórica en cuestión. Así, cuando Ben-David y Collins reconstruyen la elección de Wundt, consideran solamente dos campos, el de la fisiología y la filosofía. Pero, en realidad, el nombramiento de Wundt, mientras estaba buscando la promoción a una cátedra de tiempo completo, fue en "antropología y psicología medica", y el área en la que con más evidencia podía ser considerado, exclusivamente desde el punto de vista de una carrera, era la psiquiatría, un área en la cual fueron creadas más cátedras en las universidades alemanas, entre 1873 y 1880, que en fisiología y filosofía juntas (von Ferber, 1956). De cualquier modo, la fuente de la cual Ben-David y Collins extrajeron sus datos, muestra también que entre aquéllos que, como Wundt, ingresaron a los rangos académicos en los años 1850 y 1860, el 78% de los que lo hicieron en fisiología finalizaron como profesores titulares, mientras que solamente el 51%, en filosofía, tuvieron tal fortuna (von Ferber, 1956, pp. 83-84), un hecho que resulta difícil de reconciliar con el supuesto de mayores oportunidades para una carrera en filosofía.